Pasión desde la infancia
Si me preguntan cuándo inició mi pasión por la educación y comportamiento canino, podría decir que de toda la vida.
Cuando era una bebé de un año, mi familia adquirió un hermoso Husky llamado Bolky, crecimos juntos y fue mi gran amigo por 15 largos años. Bolky tenía un solo problema: era agresivo con su comida, juguetes y cualquier cosa que cayera en su posesión. Siempre me intrigó su comportamiento, cómo lograr comunicarme con él, cómo jugar con él y que entendiera que no quería quitarle sus cosas. Con el tiempo aprendí a jugar con él sin que hubiera problema y a apreciar la gran inteligencia que tenía.
Cuando era pequeña, disfrutando con Bolky
Adiestrando a Chogo
A lo largo de mi vida siempre he tenido perros de todos los tamaños y de comportamientos diferentes, pero hubo uno con el que puedo decir que todo inició. Cuando tenía nueve años llegó Chogo a nuestras vidas, un cachorro de Golden un poco desastroso y nosotros, sin mucho conocimiento en lo que teníamos que hacer para tener un perro estable y feliz, nos topamos con algunas dikcultades: saltaba sobre la gente, la montaba, jalaba fuerte de la correa y le tenía pánico a las bombetas; era un perro algo complicado.
Cuando Chogo tenía un año de edad decidimos iniciar unas clases grupales de adiestramiento para poder educarlo. En ese momento conocí que existían los adiestradores de perros y supe que eso era lo que quería llegar a ser, para poder trabajar y ayudar a muchos perros.
Mi bello Chogo
Educándome día a día
Al salir del colegio comencé a realizar cursos tanto dentro como fuera del país, a leer mucho más de comportamiento animal, a capacitarme en técnicas de modifcación de conducta, a conocer y aplicar sobre diferentes técnicas de adiestramiento y a utilizar de cada una lo que mejor se adaptara a cada perro y situación. Actualmente continúo buscando nueva información y ampliando mis conocimientos ya que en esto nunca se deja de aprender.
En uno de mis viajes para capacitarme sobre comportamiento canino. Este fue hacia Argentina, foto tomada mientras volaba sobre la Cordillera de Los Andes
Mis principales maestros siempre han sido y serán los perros, cada uno es un individuo diferente con necesidades y capacidades propias; es por eso que mi objetivo es ayudarles a las personas a entender a sus mascotas, a abrir ese canal de comunicación que les ayudará a disfrutar de su perro de una manera especial y única.
No se trata sólo de enseñarle a un perro a sentarse, echarse y quedarse quieto; es hacer que dos especies diferentes puedan entenderse, convivir y disfrutar juntos.